Ya pasada la media temporada…

¡Saludos, gente! Con el Gran Premio de Alemania concluido hace unas dos horas y media, la temporada paso el ecuador de la misma. Esta última carrera la ha ganado Mark Webber, que consigue la primera victoria de un piloto australiano en la Formula 1 en 28 años (Alan Jones, Las Vegas 1981)

Como ya he dicho, el GP de Hungría dará comienzo a la segunda parte del campeonato. Las primeras nueve carreras de la temporada se han repartido entre tres pilotos de dos equipos diferentes. El año pasado, cuatro pilotos de tres equipos se habían repartido el mismo número de carreras. Pero a diferencia de 2008, donde las primeras nueve carreras se repartieron de manera relativamente equilibrada entre los pilotos, este año, el reparto es sumamente desequilibrado. Tras la novena carrera del año, el reparto de victorias era este: Lewis haimito pinocho y Kimi Raikkonen se habían llevado tres victorias cada uno, Felipe Massa había ganado dos carreras y Robert Kubica se había llevado la restante.

Este año, la cosa es radicalmente diferente. El actual líder del mundial, Jenson Button, ha ganado seis carreras, cuatro de ellas consecutivas. El segundo clasificado, Sebastian Vettel, ha ganado dos carreras y la última la ha ganado, como he dicho, Mark Webber. Tras la sexta victoria de Jenson Button, todo hacía pensar que el británico ganaría fácilmente, pero tras dos carreras en las que Button ha estado alejado de la victoria, e incluso del podio, Vettel y Webber le han recortado 11 puntos, poniéndose a 21 y 22,5 puntos del líder respectivamente a falta de ocho carreras. Si Button comete un error, puede tener a los dos pilotos de Red Bull respirándole en el cogote Pero si son los pilotos de Red Bull los que cometen el error, el Mundial podría quedar casi visto para sentencia.

Fuera de los despachos, los temas estrellas de esta primera mitad de temporada han sido dos: Los difusores entre febrero y abril. Y desde finales de abril hasta hace un par de semanas fue el contubernio entre la FIA y la FOTA, que dejo a la Formula 1 al borde del cisma y que puede volver a reactivarse por culpa de las provocaciones de Max Mosley.

El tema de los difusores surgió tímidamente en enero con los test de pretemporada de Toyota y Williams. Pero cuando llego Brawn GP, el tema surgió definitivamente a la luz. Los tres difusores eran claramente ilegales si se interpretaba el reglamento al pie de la letra, cosa que hicieron los siete equipos, y que fue lo que les dejo en fuera de juego ante Brawn GP, que debe gran parte de su éxito al difusor. Varios equipos llevaron dicho difusor al Tribunal de Apelación, que declaro dichos difusores dobles como legales a pesar de lo que decía el reglamento de la FIA. Lo más flagrante es que Renault presento una pieza similar a la FIA y les dijeron que era ilegal. Y luego Brawn presento ese difusor y les dijeron que era legal. La artimaña que emplearon fue la de presentar el difusor por piezas y no completo.

Pero si lo de los difusores ya levanto bastante polvareda, dicha polvareda quedo reducida a una mota de polvo al lado del conflicto que se desencadeno con el reglamento de 2010.

Dicho reglamento incluía un límite de presupuesto de 45 millones, sueldos y otras cosas aparte, con privilegios casi absolutos para desarrollar el coche para los equipos que se acogieran al límite. La FIA esperaba que los equipos aceptaran dicho límite, pero la reacción fue exactamente al revés. Dicho límite solivianto tanto a los equipos de la FOTA, que al principio de forma individual y posteriormente en bloque amenazaron con irse. Williams y Force India, que corrían con dinero adelantado de Ecclestone, se desmarcaron del pacto a posteriori, lo cual les valió la expulsión inmediata de la FOTA.

Aun cuando los equipos se inscribieron de forma condicional y se mostraron abiertos a negociar con la FIA, Mosley se enroco en su idea de “Aquí mando yo” y se negó a intentar siquiera negociar los equipos. La única opción que le daba a la FOTA para poder entablar conversaciones era la de “Firmad y luego negociamos”, algo que la FIA vio como una trampa de Mosley para que apenas tuvieran opciones a la hora de negociar el reglamento. La FOTA se mantuvo firme y unida en su idea de “Tendrás que elegir entre el límite presupuestario o nosotros” Mosley siguió tensando la cuerda hasta que finalmente la FOTA dijo “Basta ya” y se levanto de la mesa. El 19 de junio, a la 1.03 de la madrugada, los ocho equipos consumaron su separación de facto de la FIA y la creación de un campeonato paralelo. Durante los días previos ya se había rumoreado que la nueva categoría la organizaría Dorna Sport y que Carmelo Ezpeleta sería el hombre fuerte de la competición. Incluso ya tenían un calendario listo. Con este paso, la Formula 1 tal y como se concibió en 1950 estaba en la UVI. Clínicamente muerta

Pero la amenaza de escisión fue más allá, la ACEA (Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles) se puso del lado de la FOTA y amenazo con abandonar la FIA, retirándose de toda competición organizada por esta, algo que habría dejado seriamente tocada a la Federación. Y Max Mosley estaba en el ojo del huracán. Todos le señalaban como el cáncer de la Formula 1 con su deriva autoritaria y unilateralista, así que se pidió su dimisión o destitución. O simplemente que no se presentara a la reelección en octubre de este mismo año. Todo pasaba por el Consejo Mundial del Motor que se celebraría el día 24. Si la FIA tomaba medidas contra él, había esperanzas de que las aguas volvieran a su cauce. Si no se tomaban medidas, ya no habría vuelta atrás: Al día siguiente, la FOTA haría la separación total e irreversible.

Milagrosamente, se llego a un acuerdo: Mosley no se presentaba a la reelección, la FIA olvidaba el reglamento de 2010, salvo algunas cosas como la prohibición de repostajes, y la FOTA no montaba su propio mundial. A pesar de que se ha señalado a Michel Boeri o Jean Todt como posibles candidatos, el único que ha manifestado abiertamente su intención de presentarse a la elección ha sido el finlandés Ari Vatanen, eurodiputado, campeón del mundo de rallyes en 1981 y cuatro veces ganador del Rally Dakar, tres de ellas consecutivas. Pero Mosley se resiste a cumplir el acuerdo alcanzado en Paris y ha dejado caer que a lo mejor se presenta a la reelección. Y además, la FIA no considera a los equipos inscritos, puesto que no han firmado el Pacto de la Concordia. Y esto puede haber puesto las bases de una nueva amenaza de cisma.

Con esto, doy por concluida la primera mitad de la temporada.

¡En la próxima mitad de campeonato mas, pero no mejor, porque eso es imposible!

He dicho