Se lo que digo porque lo he visto: El cisma que a punto estuvo de acabar con la Formula 1

¡Saludos, gente! Hace un año, por estas mismas fechas, la Formula 1 era un muerto ambulante. Se encontraba totalmente dividida y lo único que podía impedir que las dos facciones que se enfrentaban, la FOTA por un lado y la FIA por el otro, decidieran tirar cada uno por su lado era una especie de milagro. Dicho milagro llego, pero he empezado el cuento por el final, así que vamos a contar desde el principio los acontecimientos que estuvieron a punto de matar al deporte rey del motor hace un año por estas mismas fechas.

Esta historia comienza después del Gran Premio de España, cuando la FIA saco la reglamentación de la temporada que ahora esta en curso. Por aquel entonces, ya estaba claro que iba a haber tres equipos nuevos. Dos de las tres plazas ya estaban adjudicadas casi de antemano al equipo fallido USF1 (del que hace bien poco subastaron lo poco que habían hecho en un año de tiempo que tuvieron) y a Campos Meta (reconvertido en marzo a Hispania Racing)

Volviendo al tema, el reglamento incluía un límite presupuestario voluntario de 44 millones de euros. Pero eso no fue lo único que cabreo a la FOTA, lo que mas les cabreo fue el hecho de que quien se acogiera a ese limite presupuestario tendría una serie de privilegios a la hora de hacer el coche de 2010. Dichos privilegios eran los siguientes:

• Alerones móviles tanto delanteros como traseros
• Motor sin limite de revoluciones
• KERS de 160 CV
• Tests en pista ilimitados, al igual que en el túnel de viento

Los que no se acogieran al límite, podrían seguir con sus presupuestos normales, pero sin ninguno de esos privilegios. Como os podéis imaginar, los equipos no tardaron mucho en decir que de ese reglamento, nanay de la china. La FIA, sabiendo que los equipos querían reducir costes, había puesto ese límite con la esperanza de que los equipos aceptaran ciegamente el límite presupuestario, por lo tanto, aunque era “voluntario”, extraoficialmente podía considerarse que era un limite “obligatorio”

Pero donde la FIA esperaba un “¡Que buena idea!” se encontró con un esclarecedor “Así, ni de coña” Los equipos querían reducir costes, pero no al estilo que quería la FIA, que quería que los equipos pasaran de gastar 100 o mas millones a 44 de un tirón, en vez de ir reduciéndolo gradualmente. También se oponían al hecho de que los equipos que aceptaran el límite presupuestario recibieran esa serie de privilegios mencionados arriba, se negaban rotundamente a que la Formula 1 se dividiera en dos niveles. Los equipos empezaron a amenazar con no correr. Entre los primeros que amenazaron con no participar en 2010 estuvo Ferrari, por lo que la amenaza de los equipos ya podía tomarse en serio.

En 2003 los equipos estuvieron a punto de crear una categoría paralela, pero Ferrari en aquella ocasión decidió permanecer del lado a la FIA, lo que dejo la amenaza sin efecto. La amenaza de retirada hecha por algunos equipos no tardo mucho en convertirse en una amenaza de cisma llevada a cabo por la FOTA. Con Ferrari encabezando una rebelión que amenazaba con formar una categoría paralela, la FIA tendría que andar con pies de plomo si no quería que la situación se le fuera de las manos.

Pero Mosley pareció obviar ese aspecto, porque lejos de tender la mano a los equipos para negociar, dijo “Aquí mando yo” y se negó a negociar. Se enroco y saco a pasear su vena más dictatorial. Nada de negociar, el limite se impondría en 44 millones si o si.

La actitud dictatorial de Mosley no hizo más que acrecentar la brecha entre los equipos y la FIA. Pero la FOTA sufrió dos bajas: Williams y Force India, que corrían con dinero adelantado de Ecclestone, desertaron al bando de la FIA. La reacción de la FOTA no se hizo esperar y ambos equipos fueron suspendidos de forma casi inmediata.

De cara al GP de Turquia, se llego a un acuerdo por el cual, los equipos rebeldes se inscribían con la condición sine qua non de que se modificaran cosas del reglamento, pero la cosa volvió a calentarse cuando un par de semanas después, fue publicada la lista de 2010, en la que Ferrari, Red Bull y Toro Rosso, tres de los rebeldes, fueron inscritos incondicionalmente por decreto de la FIA. A partir de ahí, la cosa se fue estropeando hasta que, tan solo tres días después, se consumo definitivamente el cisma. El 19 de junio, la FOTA anuncio su intención de crear una Formula 1 paralela.

La FOTA lo tenia todo planeado: La competición la organizaría Dorna Sport, la empresa organizadora del mundial de motociclismo, y seria dirigida por Carmelo Ezpeleta, barcelonés que es el equivalente a Bernie Ecclestone en el planeta motociclismo. Dorna proporcionaría a los equipos la infraestructura necesaria para hacer su categoría. Respecto a los circuitos, la idea de la FOTA era usar circuitos proscritos o próximos a ser proscritos por la FOM, algunos que ya habían recibido la visita de la Formula 1 y algunos en los que nunca se había corrido.

Pero aun una mínima esperanza de que el cisma se evitara. Una reunión del Consejo Mundial del Motor. Las exigencias de la FOTA eran claras: La retirada del reglamento y el compromiso de que Mosley, al que consideraban principal culpable de la situación, no se presentaría a la reelección en octubre. No había otra alternativa: O aceptaban sus exigencias o la nueva categoría echaría a rodar en 2010.

La FIA acepto las dos exigencias: Retiraron el límite presupuestario y los “dos niveles” y Mosley se comprometía a no presentarse a la reelección. Mosley evito el cisma, cierto, pero tuvo que pagar un precio muy elevado para lograr la paz: Tuvo que pagar la paz con su reglamento para 2010, con el límite presupuestario y con su propia cabeza.

¡La próxima vez mas, pero no mejor, porque eso es imposible!

He dicho