Sé lo que cuento porque lo he visto: El Piñazogate, la vendetta de Mosley

¡Saludos, gente! En estas fechas de calor y descanso, vuelvo a subirme en el DeLorean de Doc para viajar al pasado. Al igual que en las anteriores ocasiones, no retrocederemos mucho en el tiempo. En este viaje al pasado recordaremos el último gran acto de Max Mosley como presidente de la FIA: Su venganza siciliana contra Flavio Briatore, asunto integrado en el Piñazogate.

Pongámonos en situación: Debido a las condiciones innegociables que puso la FOTA para que sus miembros no hicieran las maletas y montaran su propia categoría, Max Mosley tuvo que hacer la promesa de no presentarse a la reelección. Recordemos que la FOTA veía a Mosley como el “gran Satán” de todo el asunto que estuvo a punto de dividir la Formula 1 en dos. Bueno, pues Mosley, sabiendo que a finales de octubre debía recoger los bártulos y pirarse a su casa, tomo la decisión de que si iba a largarse, al menos lo haría con las cabezas de sus mayores enemigos bajo el brazo. “Para lo que me queda en el convento, me cago dentro” Habida cuenta de que intentar llevarse la cabeza de Montezemolo era misión imposible, decidió ir a por la cabeza mas visible de la rebelión, la de Flavio Briatore. Mosley quería echar a Flavio a cualquier precio y fuera como fuera ¿El problema? Pues que no había nada con lo que pudiera atacar a Briatore.

Al menos hasta casi principios de septiembre, que es cuando Nelsinho Piquet, que había sido largado de Renault un mes antes tras completar algo mas de media temporada con unos resultados completamente infames (ni un solo punto en diez carreras, teniendo como resultado mas destacable un 10º puesto en Bahrein que con el sistema actual de puntuación le hubiera dado un punto) dijo que en el GP de Singapur de 2008, que gano Fernando Alonso, recordemos, recibió orden directa de estrellarse.

Mosley vio esa como la ocasión perfecta para deshacerse del que a esas alturas, era su mayor enemigo. Estando Ron Dennis fuera de escena, con Montezemolo lejos de su alcance y Mario Theissen a punto de salir por la puerta, Briatore era el némesis de Mosley. Aprovecho el resentimiento de Nelsinho, Mosley pudo dar inicio a su vendetta. La consigna era muy clara: Sin prisioneros, sin piedad. Flavio Briatore debía caer a cualquier precio.

Al mas puro estilo de Jack el Destripador, Mosley fue por partes. El primer paso fue encargar a la FIA que separara a inocentes y culpables. En el lado de los inocentes, solo un nombre: Fernando Alonso. En el lado de los culpables: Flavio Briatore, cerebro del asunto según Piquet, Pat Symonds como cómplice y Nelsinho Piquet, ejecutor de la maniobra. Pero Mosley negocio con el brasileño: Inmunidad a cambio de testificar contra Briatore. Nelsinho acepto el trato sin ningún titubeo.

Una vez asegurado el testimonio de Piquet a su favor, Mosley paso a encargarse de Renault. Sabiendo que Piquet iba a decir exactamente lo que el quería, puso a Renault entre la espada y la pared: Tenían una sola opción, darle la patada a Briatore. La otra opción era afrontar una expulsión por decreto. A pesar de que el testimonio de Piquet se basaba en el resentimiento hacia Briatore y la telemetría difícilmente podría probar intencionalidad, un Mosley cegado por la venganza decidió creer esas pruebas a pies juntillas y dejo a Renault en una difícil decisión: O Renault echaba a Briatore o Mosley echaría a Renault si o si, aunque las pruebas apuntaran hacia su inocencia.

Sabiendo que no tenían otra opción, Renault bajo la cabeza y dijo: “Si, amo Mosley” y echo tanto a Briatore como a Symonds. El 21 de septiembre, la FIA dicto sentencia: Renault quedaba apercibida de expulsión hasta 2011 en caso de que se repitiera algo similar, Pat Symonds quedaba inhabilitado para volver a la Formula 1 hasta 2014 y Briatore era expulsado de la Formula 1 ad eternum en todos los sentidos, porque no podría pisar un paddock ni como invitado. Mision cumplida para Mosley: Salvo Montezemolo, todos sus principales enemigos habían sido apartados de la circulación. Mosley se iba, pero lo hacía llevándose por delante a sus mayores enemigos en una historia solo digna de “El Padrino”.

Al menos, así fue durante unos meses, porque tanto Briatore como Symonds acudieron a los tribunales parisinos, que a principios de año les dio la razón a ambos y por tanto, anulando sus sanciones. La FIA llego a un pacto con ellos: Les concedía el indulto, pero no podrian ocupar cargos en equipos hasta 2013. Desde entonces, a Briatore se le ha visto en ocasiones por el paddock y actualmente se apunta a que podría ser el sustituto de Bernie Ecclestone como jefe supremo de la Formula 1 o que incluso podría convertirse en el sustituto del mismísimo Luca di Montezemolo en Ferrari.

¡La próxima vez mas, pero no mejor, porque eso es imposible!

Y recordad: Sé lo que digo porque lo he visto.