PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
Mineroooooooooooo!!!! El segurata ha perdio 3 kilillos de ná, es que lo hago trabajar mucho
Anda, que estás más perdio que la leche joio. Una cosilla, hace unos dias que no veo los videos que se cuelgan aqui de Youtube. Si abro con firefox si, pero con el explorer no hay manera. ¿que puede pasar? :17:
Anda, que estás más perdio que la leche joio. Una cosilla, hace unos dias que no veo los videos que se cuelgan aqui de Youtube. Si abro con firefox si, pero con el explorer no hay manera. ¿que puede pasar? :17:
Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
has revisado el flash ? kizas lo tengas deshabilitado en explorer pera ke te digo donde lo puedes lokalizar
tocho- Desmoderador
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
josemap7 escribió:A las wuenas tardes Mineiro. Her, descansa y veremos la historia, la Diplomacia tiene estas cosas, nosotros si le podemos decir a Buch marioneta.
Alonsita, a veces las prisas me juegan una mala pasada. Que no viene mal, que Pilar me lo recuerde.
Lo voy a circuitar, me tiene frito. :132:
josema, de george bush (o jorge arbusto) he aprendido una cosa: si un inepto como el pudo llegar a presidente (dicen que quien tenia el verdadero poder era Dick Cheney, conocido alla por Washington como Darth Vader), cualquier persona puede
Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
esto lo pusieron en El Pais
Dick Cheney, el vicepresidente más poderoso de la historia de EE UU, ha sido el ideólogo de la guerra de Irak, de Guantánamo y de la utilización de la tortura
Cuando la revista People le preguntó a George W. Bush cuáles eran los episodios de sus ocho años en la Casa Blanca que recordaba con más frecuencia, el presidente resaltó uno en particular: la vez que lanzó la bola inicial en la final del campeonato nacional de béisbol. "Curiosamente, nunca sentí tanta ansiedad en ningún otro momento de mi presidencia", explicó.
Los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, la guerra en Irak, Abu Ghraib, Guantánamo, las cárceles secretas de la CIA, Gaza, la implosión del sistema financiero mundial... Nada comparado con el terror que sintió el presidente saliente ante la posibilidad de hacer el ridículo en un campo deportivo. Lo cual no debería de provocar demasiada sorpresa. En parte porque la gran pasión de Bush es y siempre ha sido el béisbol (se ha comentado en Washington más de una vez que el puesto de presidente de la federación nacional del deporte representaba el límite de sus posibilidades de gestión); y sobre todo, porque la carga de las grandes decisiones que se han tomado durante su presidencia no la ha asumido él, sino su vicepresidente, Dick Cheney.
Retratar a Cheney como la figura siniestra y malévola (Darth Vader es uno de los sobrenombres que le han dado en Washington) que ha concebido y puesto en práctica la política de la Casa Blanca durante los últimos ocho años, y a Bush como el títere que se ha limitado a firmar las iniciativas vicepresidenciales y a darles apoyo publicitario, es una caricatura que no se aleja tanto de la realidad. Bush no sólo ha sido el peor presidente de la historia de Estados Unidos, según una abrumadora mayoría de historiadores especializados, sino el más vago, el que menos atención le ha prestado a la letra pequeña, el que más días de vacaciones se ha tomado, habitualmente en su rancho de Tejas. Cheney, en cambio, es un detallista fanático que muchas veces empieza su día de trabajo a las 4.30 de la mañana y es considerado entre los expertos de izquierda y derecha en Washington, por unanimidad, como el vicepresidente más poderoso que ha tenido su país.
Toda una colección de libros sobre el funcionamiento interno de la Casa Blanca de Bush (destacan El lado oscuro, de Jane Mayer, de la revista The New Yorker; El pescador: la vicepresidencia de Cheney, de Barton Gellman del The Washington Post, y La guerra interna, del legendario Bob Woodward) promueven la tesis en mayor o menor medida de que Cheney ha sido el ventrílocuo del muñeco Bush.
El mismo presidente la sustentó, de manera no necesariamente intencionada, al declarar en 2003: "Cuando se habla conmigo, se habla con Cheney".
El gran atractivo para Bush es que Cheney hace casi todo el trabajo y no exige nada del crédito. Está feliz en la sombra. Más bien, ha preferido no salir de ella, evitando así el papel protocolario que tradicionalmente le corresponde a un vicepresidente. Los aplausos del público le llenan menos que la autosatisfacción secreta de saber que él es el que ejerce el poder. No perdió el tiempo en asumirlo. Nada más ser elegido candidato a la vicepresidencia, se encargó en el interregnum entre las elecciones de 2000 y la inauguración presidencial de enero de 2001, de seleccionar los candidatos que iban a ocupar los puestos clave de la nueva Administración republicana. Bush fue el que aprobó la lista final pero todos, sin excepción, habían sido los que había propuesto Cheney.
Dan Quayle, que fue el vicepresidente de Bush padre, entendió que Cheney se proponía reinventar su antiguo puesto en una reunión que celebraron los dos a los pocos días de que Cheney se instalara en el ala oeste de la Casa Blanca.
"Le dije, 'Dick, ya sabes, tendrás que viajar mucho al exterior... ir a funerales", Quayle recordó en una entrevista citada en el libro El pescador. "Es decir, en esto consiste la tarea de un vicepresidente". Cheney le dirigió una leve sonrisa y contestó: "Yo tengo otro tipo de conexión con el presidente".
Ha sido una conexión no tanto de subordinado como de guía paterna. Cheney, la última persona con la que Bush habitualmente hablaba antes de firmar un decreto, fue el principal promotor, junto a su viejo compinche el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, de la guerra de Irak. Y no hubo nadie que luchara con más empeño a favor de la política más polémica durante la presidencia de Bush dentro de Estados Unidos y la que más daño ha causado a la imagen internacional del país: la tortura como método para interrogar a los presos sospechosos de terrorismo. El entusiasmo de Cheney por suspender la aplicación de la Convención de Ginebra en la guerra contra el terror llevó al almirante Stansfield Turner, jefe de la CIA en los años setenta, a darle el apodo de "vicepresidente de la tortura".
Cheney es un personaje que, como las figuras totalitarias a las que Estados Unidos se opuso durante la guerra fría, cree firmemente en la doctrina de que el fin justifica los medios. Nadie participó de manera más dinámica que Cheney en lo que el premio Nobel de Economía Paul Krugman describió en su columna del The New York Times hace dos días como "el escándalo más grande de todos": la manera deliberada con la que la Administración de Bush engañó al pueblo estadounidense para que apoyara la invasión de Irak
Sobre las supuestas armas de destrucción masiva que poseía Sadam Husein, el pilar central del argumento a favor de la guerra en Irak, Cheney fue más lejos que Bush al desdeñar en público los consejos de la CIA, que insistían en que Husein estaba lejos de construir una bomba nuclear y lo mejor sería insistir en un programa agresivo de inspecciones. "La inteligencia es un negocio incierto", replicó Cheney, con una de sus pequeñas sonrisas irónicas, en un discurso en agosto de 2002, siete meses antes de la invasión estadounidense. Pero fueron muchos lo que participaron en aquel gran engaño. Donde Cheney ejerció de director de orquesta fue en la fabricación del segundo gran argumento a favor de la guerra, el que convenció al norteamericano medio de que no quedaba más remedio que eliminar a Sadam. Aquí no hubo ninguna incertidumbre, ni posibilidad, siquiera, de autoengaño. Consistió en divulgar la mentira de que Irak estuvo involucrado en los ataques del 11 de septiembre de 2001, mentira que la mayoría de los estadounidenses, según repetidos sondeos, eligieron creer. Cheney citó un supuesto informe de inteligencia (en este caso el negocio dejó de ser tan incierto) según el cual uno de los terroristas suicidas del 11-S, Mohamed Atta, se había reunido en Praga con un integrante del servicio de espionaje iraquí. Tal era su urgencia por lograr un consenso nacional a favor de la guerra que emergió, contra natura, de las sombras para declarar en entrevistas televisivas a lo largo de 2002 que Al Qaeda y el régimen iraquí eran cómplices en la guerra santa contra Estados Unidos.
En diciembre de 2001 declaró que se había "confirmado" la existencia de una reunión entre Atta y un "alto oficial" del servicio de inteligencia iraquí en Praga en abril de ese mismo año. Pese a que tanto la CIA como el servicio de inteligencia checa le decían en privado que no tenían ninguna información al respecto, Cheney reiteró en marzo de 2002 que la reunión había sido "un hecho", y lo volvió a ratificar en septiembre de ese año.
Un par de años después, con el Ejército de Estados Unidos ya estancado en Irak, actuó de manera incluso más descarada. Fue en plena campaña electoral durante un debate televisivo. Su rival demócrata para la vicepresidencia, John Edwards, denunció sus mentiras sobre Irak y Al Qaeda. Con una firmeza implacable, Cheney le contestó: "El senador se equivoca. No he sugerido que existiera una conexión entre Irak y el 11-S".
Bush llegó a la presidencia en 2001 tras una campaña electoral en la que se había vendido como promotor de una filosofía que denominó "conservadurismo compasivo". Cheney se ocupó desde un principio de borrar la palabra compasión del léxico bushiano. En el terreno de la ecología combatió arduamente a favor de las industrias más contaminantes de Estados Unidos, cuyas empresas amigas (grandes contribuyentes en muchos casos a las campañas electorales de Bush) preferían no invertir en tecnología que reduciría la emisión de gases perjudiciales para la capa de ozono. Y en cuanto a la economía, Cheney contribuyó de manera agresiva al caos reinante hoy al insistir en reducir los impuestos de los más ricos. Cuando Paul O'Neill, el secretario del Tesoro que él mismo había elegido, le defraudó al cuestionar en 2002 la política de reducción de impuestos, Cheney recomendó a Bush que lo despidiera y Bush, sin apenas pensárselo, asintió.
Esto fue una mera anécdota, sin embargo, comparado con el ejemplo de anticompasión más flagrante de la era Bush: el trato que se dio a los presos en la prisión de Abu Ghraib, en Irak, y en la base militar estadounidense de Guantánamo, en la isla de Cuba.
Cheney hizo pública su posición al respecto a los dos meses del 11-S en un discurso ante la Cámara Americana de Comercio. Los terroristas, dijo, "no merecen ser tratados como prisioneros de guerra". Pasarían 10 semanas hasta que el propio Bush se declarara al respecto, y lo hizo firmando un documento de cuatro páginas que Cheney y sus asesores legales confeccionaron sin consultar siquiera al entonces secretario de Estado, Colin Powell. La Convención de Ginebra (que un íntimo asesor de Cheney describió como "obsoleta") sencillamente no se aplicaría ni a los presos supuestamente afiliados a Al Qaeda o a los talibanes de Afganistán.
Los primeros presos llegaron a Guantánamo en enero de 2002. "De ese momento en adelante", según escribió el The Washington Post en un amplio reportaje que ganó el Premio Pulitzer, "Cheney se dedicó a la cuestión práctica de aplastar la voluntad de resistir de los cautivos... La oficina del vicepresidente desempeñó un papel central en hacer añicos a los límites impuestos a la coerción de presos bajo la custodia de Estados Unidos".
Cheney fue el pionero de una casuística distinción teórica entre la tortura no permitida y métodos violentos de interrogación sí permitidos que se tradujo en la práctica a una sistemática violación de los derechos humanos denunciada en el mundo entero.
Un documento clasificado del Departamento de Justicia, pero motivado por Cheney y su equipo de "gobierno dentro del Gobierno", según reveló el Post, determinó que la ley estadounidense en contra de la tortura "prohíbe sólo las peores formas de trato cruel inhumano o degradante", con lo cual permite otras. El documento especificó que la tortura prohibida consistía en aquella que causaba dolor "equivalente en intensidad" al del "fallo de un órgano vital... O incluso la muerte".
Tal es el secretismo con el que opera Cheney (siempre se ha negado incluso a revelar cuánta gente trabaja con él en la Casa Blanca) que su no siempre eficiente jefe de relaciones públicas, George W. Bush, es el que pagará el precio histórico por las atrocidades y desastres de los últimos ocho años. Pero lo que muchos sospechan en Washington es que Bush habría ejercido la presidencia de manera menos radical si hubiera optado por otro consigliere; si hubiera elegido como vicepresidente a un Dan Quayle dispuesto a aceptar su papel secundario, lejos del centro de poder, o a uno más inclinado a poner en práctica el concepto en que quizá Bush alguna vez creyó de conservadurismo compasivo.
En dos días pondrá fin a un mandato de ocho años que su sucesor, Barack Obama, ha denunciado por su "espectacular irresponsabilidad", pero lo curioso es que Bush da la sensación de que todavía carece de la experiencia necesaria para ser presidente. Su presidencia lleva su nombre, pero la huella es la de Cheney. La razón es sencilla: a Bush siempre le ha atraído más el título que el cargo de presidente, y las responsabilidades que conlleva. Por temperamento, el trabajo duro del día a día no le interesó y se lo dejó, con descuidada tranquilidad, al maquiavélico Cheney, mientras él se preocupaba por su estado de salud (Bush es un obsesivo del fitness), por cuidar su rancho tejano y por el béisbol.
Preguntado por el periodista Bob Woodward una vez sobre la influencia de su padre, presidente entre 1989 y 1993, en el ejercicio de su presidencia, George W. contestó: "Hay otro padre en las alturas al que apelo". Lo que no quedó del todo claro fue si se refería a la divinidad cristiana, o a su vecino en la Casa Blanca, Dick Cheney
La obra del señor oscuro
Dick Cheney, el vicepresidente más poderoso de la historia de EE UU, ha sido el ideólogo de la guerra de Irak, de Guantánamo y de la utilización de la tortura
Cuando la revista People le preguntó a George W. Bush cuáles eran los episodios de sus ocho años en la Casa Blanca que recordaba con más frecuencia, el presidente resaltó uno en particular: la vez que lanzó la bola inicial en la final del campeonato nacional de béisbol. "Curiosamente, nunca sentí tanta ansiedad en ningún otro momento de mi presidencia", explicó.
Los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, la guerra en Irak, Abu Ghraib, Guantánamo, las cárceles secretas de la CIA, Gaza, la implosión del sistema financiero mundial... Nada comparado con el terror que sintió el presidente saliente ante la posibilidad de hacer el ridículo en un campo deportivo. Lo cual no debería de provocar demasiada sorpresa. En parte porque la gran pasión de Bush es y siempre ha sido el béisbol (se ha comentado en Washington más de una vez que el puesto de presidente de la federación nacional del deporte representaba el límite de sus posibilidades de gestión); y sobre todo, porque la carga de las grandes decisiones que se han tomado durante su presidencia no la ha asumido él, sino su vicepresidente, Dick Cheney.
Retratar a Cheney como la figura siniestra y malévola (Darth Vader es uno de los sobrenombres que le han dado en Washington) que ha concebido y puesto en práctica la política de la Casa Blanca durante los últimos ocho años, y a Bush como el títere que se ha limitado a firmar las iniciativas vicepresidenciales y a darles apoyo publicitario, es una caricatura que no se aleja tanto de la realidad. Bush no sólo ha sido el peor presidente de la historia de Estados Unidos, según una abrumadora mayoría de historiadores especializados, sino el más vago, el que menos atención le ha prestado a la letra pequeña, el que más días de vacaciones se ha tomado, habitualmente en su rancho de Tejas. Cheney, en cambio, es un detallista fanático que muchas veces empieza su día de trabajo a las 4.30 de la mañana y es considerado entre los expertos de izquierda y derecha en Washington, por unanimidad, como el vicepresidente más poderoso que ha tenido su país.
Toda una colección de libros sobre el funcionamiento interno de la Casa Blanca de Bush (destacan El lado oscuro, de Jane Mayer, de la revista The New Yorker; El pescador: la vicepresidencia de Cheney, de Barton Gellman del The Washington Post, y La guerra interna, del legendario Bob Woodward) promueven la tesis en mayor o menor medida de que Cheney ha sido el ventrílocuo del muñeco Bush.
El mismo presidente la sustentó, de manera no necesariamente intencionada, al declarar en 2003: "Cuando se habla conmigo, se habla con Cheney".
El gran atractivo para Bush es que Cheney hace casi todo el trabajo y no exige nada del crédito. Está feliz en la sombra. Más bien, ha preferido no salir de ella, evitando así el papel protocolario que tradicionalmente le corresponde a un vicepresidente. Los aplausos del público le llenan menos que la autosatisfacción secreta de saber que él es el que ejerce el poder. No perdió el tiempo en asumirlo. Nada más ser elegido candidato a la vicepresidencia, se encargó en el interregnum entre las elecciones de 2000 y la inauguración presidencial de enero de 2001, de seleccionar los candidatos que iban a ocupar los puestos clave de la nueva Administración republicana. Bush fue el que aprobó la lista final pero todos, sin excepción, habían sido los que había propuesto Cheney.
Dan Quayle, que fue el vicepresidente de Bush padre, entendió que Cheney se proponía reinventar su antiguo puesto en una reunión que celebraron los dos a los pocos días de que Cheney se instalara en el ala oeste de la Casa Blanca.
"Le dije, 'Dick, ya sabes, tendrás que viajar mucho al exterior... ir a funerales", Quayle recordó en una entrevista citada en el libro El pescador. "Es decir, en esto consiste la tarea de un vicepresidente". Cheney le dirigió una leve sonrisa y contestó: "Yo tengo otro tipo de conexión con el presidente".
Ha sido una conexión no tanto de subordinado como de guía paterna. Cheney, la última persona con la que Bush habitualmente hablaba antes de firmar un decreto, fue el principal promotor, junto a su viejo compinche el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, de la guerra de Irak. Y no hubo nadie que luchara con más empeño a favor de la política más polémica durante la presidencia de Bush dentro de Estados Unidos y la que más daño ha causado a la imagen internacional del país: la tortura como método para interrogar a los presos sospechosos de terrorismo. El entusiasmo de Cheney por suspender la aplicación de la Convención de Ginebra en la guerra contra el terror llevó al almirante Stansfield Turner, jefe de la CIA en los años setenta, a darle el apodo de "vicepresidente de la tortura".
Cheney es un personaje que, como las figuras totalitarias a las que Estados Unidos se opuso durante la guerra fría, cree firmemente en la doctrina de que el fin justifica los medios. Nadie participó de manera más dinámica que Cheney en lo que el premio Nobel de Economía Paul Krugman describió en su columna del The New York Times hace dos días como "el escándalo más grande de todos": la manera deliberada con la que la Administración de Bush engañó al pueblo estadounidense para que apoyara la invasión de Irak
Sobre las supuestas armas de destrucción masiva que poseía Sadam Husein, el pilar central del argumento a favor de la guerra en Irak, Cheney fue más lejos que Bush al desdeñar en público los consejos de la CIA, que insistían en que Husein estaba lejos de construir una bomba nuclear y lo mejor sería insistir en un programa agresivo de inspecciones. "La inteligencia es un negocio incierto", replicó Cheney, con una de sus pequeñas sonrisas irónicas, en un discurso en agosto de 2002, siete meses antes de la invasión estadounidense. Pero fueron muchos lo que participaron en aquel gran engaño. Donde Cheney ejerció de director de orquesta fue en la fabricación del segundo gran argumento a favor de la guerra, el que convenció al norteamericano medio de que no quedaba más remedio que eliminar a Sadam. Aquí no hubo ninguna incertidumbre, ni posibilidad, siquiera, de autoengaño. Consistió en divulgar la mentira de que Irak estuvo involucrado en los ataques del 11 de septiembre de 2001, mentira que la mayoría de los estadounidenses, según repetidos sondeos, eligieron creer. Cheney citó un supuesto informe de inteligencia (en este caso el negocio dejó de ser tan incierto) según el cual uno de los terroristas suicidas del 11-S, Mohamed Atta, se había reunido en Praga con un integrante del servicio de espionaje iraquí. Tal era su urgencia por lograr un consenso nacional a favor de la guerra que emergió, contra natura, de las sombras para declarar en entrevistas televisivas a lo largo de 2002 que Al Qaeda y el régimen iraquí eran cómplices en la guerra santa contra Estados Unidos.
En diciembre de 2001 declaró que se había "confirmado" la existencia de una reunión entre Atta y un "alto oficial" del servicio de inteligencia iraquí en Praga en abril de ese mismo año. Pese a que tanto la CIA como el servicio de inteligencia checa le decían en privado que no tenían ninguna información al respecto, Cheney reiteró en marzo de 2002 que la reunión había sido "un hecho", y lo volvió a ratificar en septiembre de ese año.
Un par de años después, con el Ejército de Estados Unidos ya estancado en Irak, actuó de manera incluso más descarada. Fue en plena campaña electoral durante un debate televisivo. Su rival demócrata para la vicepresidencia, John Edwards, denunció sus mentiras sobre Irak y Al Qaeda. Con una firmeza implacable, Cheney le contestó: "El senador se equivoca. No he sugerido que existiera una conexión entre Irak y el 11-S".
Bush llegó a la presidencia en 2001 tras una campaña electoral en la que se había vendido como promotor de una filosofía que denominó "conservadurismo compasivo". Cheney se ocupó desde un principio de borrar la palabra compasión del léxico bushiano. En el terreno de la ecología combatió arduamente a favor de las industrias más contaminantes de Estados Unidos, cuyas empresas amigas (grandes contribuyentes en muchos casos a las campañas electorales de Bush) preferían no invertir en tecnología que reduciría la emisión de gases perjudiciales para la capa de ozono. Y en cuanto a la economía, Cheney contribuyó de manera agresiva al caos reinante hoy al insistir en reducir los impuestos de los más ricos. Cuando Paul O'Neill, el secretario del Tesoro que él mismo había elegido, le defraudó al cuestionar en 2002 la política de reducción de impuestos, Cheney recomendó a Bush que lo despidiera y Bush, sin apenas pensárselo, asintió.
Esto fue una mera anécdota, sin embargo, comparado con el ejemplo de anticompasión más flagrante de la era Bush: el trato que se dio a los presos en la prisión de Abu Ghraib, en Irak, y en la base militar estadounidense de Guantánamo, en la isla de Cuba.
Cheney hizo pública su posición al respecto a los dos meses del 11-S en un discurso ante la Cámara Americana de Comercio. Los terroristas, dijo, "no merecen ser tratados como prisioneros de guerra". Pasarían 10 semanas hasta que el propio Bush se declarara al respecto, y lo hizo firmando un documento de cuatro páginas que Cheney y sus asesores legales confeccionaron sin consultar siquiera al entonces secretario de Estado, Colin Powell. La Convención de Ginebra (que un íntimo asesor de Cheney describió como "obsoleta") sencillamente no se aplicaría ni a los presos supuestamente afiliados a Al Qaeda o a los talibanes de Afganistán.
Los primeros presos llegaron a Guantánamo en enero de 2002. "De ese momento en adelante", según escribió el The Washington Post en un amplio reportaje que ganó el Premio Pulitzer, "Cheney se dedicó a la cuestión práctica de aplastar la voluntad de resistir de los cautivos... La oficina del vicepresidente desempeñó un papel central en hacer añicos a los límites impuestos a la coerción de presos bajo la custodia de Estados Unidos".
Cheney fue el pionero de una casuística distinción teórica entre la tortura no permitida y métodos violentos de interrogación sí permitidos que se tradujo en la práctica a una sistemática violación de los derechos humanos denunciada en el mundo entero.
Un documento clasificado del Departamento de Justicia, pero motivado por Cheney y su equipo de "gobierno dentro del Gobierno", según reveló el Post, determinó que la ley estadounidense en contra de la tortura "prohíbe sólo las peores formas de trato cruel inhumano o degradante", con lo cual permite otras. El documento especificó que la tortura prohibida consistía en aquella que causaba dolor "equivalente en intensidad" al del "fallo de un órgano vital... O incluso la muerte".
Tal es el secretismo con el que opera Cheney (siempre se ha negado incluso a revelar cuánta gente trabaja con él en la Casa Blanca) que su no siempre eficiente jefe de relaciones públicas, George W. Bush, es el que pagará el precio histórico por las atrocidades y desastres de los últimos ocho años. Pero lo que muchos sospechan en Washington es que Bush habría ejercido la presidencia de manera menos radical si hubiera optado por otro consigliere; si hubiera elegido como vicepresidente a un Dan Quayle dispuesto a aceptar su papel secundario, lejos del centro de poder, o a uno más inclinado a poner en práctica el concepto en que quizá Bush alguna vez creyó de conservadurismo compasivo.
En dos días pondrá fin a un mandato de ocho años que su sucesor, Barack Obama, ha denunciado por su "espectacular irresponsabilidad", pero lo curioso es que Bush da la sensación de que todavía carece de la experiencia necesaria para ser presidente. Su presidencia lleva su nombre, pero la huella es la de Cheney. La razón es sencilla: a Bush siempre le ha atraído más el título que el cargo de presidente, y las responsabilidades que conlleva. Por temperamento, el trabajo duro del día a día no le interesó y se lo dejó, con descuidada tranquilidad, al maquiavélico Cheney, mientras él se preocupaba por su estado de salud (Bush es un obsesivo del fitness), por cuidar su rancho tejano y por el béisbol.
Preguntado por el periodista Bob Woodward una vez sobre la influencia de su padre, presidente entre 1989 y 1993, en el ejercicio de su presidencia, George W. contestó: "Hay otro padre en las alturas al que apelo". Lo que no quedó del todo claro fue si se refería a la divinidad cristiana, o a su vecino en la Casa Blanca, Dick Cheney
Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
josema, de george bush (o jorge arbusto) he aprendido una cosa: si un inepto como el pudo llegar a presidente (dicen que quien tenia el verdadero poder era Dick Cheney, conocido alla por Washington como Darth Vader), cualquier persona puede.
Cierto es Jesus.
La diferencia entre un inepto como Bush y el Presidente Electo Obama, estriba, en muchas cosas, de las que carece Bush,
Pero la principal es la Diplomacia, Obama sabe de ella un poco.
Solo era un coment, para Her no se ofusque, y sueñe con los angelitos, en la siesta. :132:
Cierto es Jesus.
La diferencia entre un inepto como Bush y el Presidente Electo Obama, estriba, en muchas cosas, de las que carece Bush,
Pero la principal es la Diplomacia, Obama sabe de ella un poco.
Solo era un coment, para Her no se ofusque, y sueñe con los angelitos, en la siesta. :132:
josemap7-
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
ahora welvo
tocho- Desmoderador
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
R-28 escribió:Bueno chicos voy a ver si doy una cabezada, pa ver al negro se que dice que Bush es un tio cojonudo...eramos pocos y parió su puta abuela.
Me acuerdo yo de como acabaron con el argot contraculti, en el foro y resto de españa, sacando un dicionario cheli, lo firmaba Umbral, ¡ hay que joderse !, si no puedes follar bien , hazte puta, siempre la misma historia...
bueno como me lea la duendecilla...transtorno depresivo-malformativo GRAVE.
La duendecilla lleva diez minutos llorando de risa... :15: :15: :15:
Leo a tocho con su "ADIVINA LO KE PASA ,,," y no logro mantener la compostura (varios compañeros me miran insistentemente con curiosidad), luego llega R y remata (ya me mira media planta)...
... así no hay persona-humana que pueda disimular desde el trabajo, por dios!!!
...me delato a mi misma de pura incontinencia!!!
Bueno, me voy a mis clases a toda leche, si puedo me conecto esta noche!!!.
Cuidarse!
lgk- The EinsteinTurkishMachine
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
Alonsita-F1 escribió:Angeles, no es la fotógrafa, es el modelo :02: :02:
Ya ya.... :twisted:
wENAS tARDES!!
Minerooo!!! se te echaba de menos, que ocurrencias tienes :15: :15: :15:
angeles- The turkishsweetwife
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
Off Topic
Me ha llegado este correo al trabajo, leerlo muy atentamente sobre todo los hombres a los que no os gusta mucho hacer la compra....
Hola a todos:
Cuidado, que no os pase como a mí. Os aviso de una estafa que
están realizando estos días y en la que está cayendo bastante
gente.
La hacen en el parking del Carrefour.
Así funciona el timo: dos chicas muy guapas de entre 20 y 25 años
se acercan al coche mientras estas colocando en el maletero tus compras del
centro comercial. Entonces empiezan a limpiarte el parabrisas con esponjas
haciendo salir disimuladamente un pecho de sus apretadas camisas.
Cuando al final, para darles las gracias, intentas darles una
propina ellas renuncian y piden en cambio que las lleves a la estación.
Si aceptas suben y se sientan en los asientos posteriores.
Mientras conduces empiezan entre ellas a hacer juegos lésbicos. Cuando
llegas a la estación una de ellas, haciéndose la agradecida, se
sube en el asiento anterior y te hace una mamada brutal,
mientras la otra sin darte cuenta te roba la bolsa del pan y los yogures.
Con este ingenioso sistema me han robado la compra el martes, el
miércoles, dos veces el jueves y otra vez el sábado y probablemente, si
tengo tiempo, también mañana por la tarde.
Tened mucho cuidado!!!!!
Un Saludo.
Me ha llegado este correo al trabajo, leerlo muy atentamente sobre todo los hombres a los que no os gusta mucho hacer la compra....
Hola a todos:
Cuidado, que no os pase como a mí. Os aviso de una estafa que
están realizando estos días y en la que está cayendo bastante
gente.
La hacen en el parking del Carrefour.
Así funciona el timo: dos chicas muy guapas de entre 20 y 25 años
se acercan al coche mientras estas colocando en el maletero tus compras del
centro comercial. Entonces empiezan a limpiarte el parabrisas con esponjas
haciendo salir disimuladamente un pecho de sus apretadas camisas.
Cuando al final, para darles las gracias, intentas darles una
propina ellas renuncian y piden en cambio que las lleves a la estación.
Si aceptas suben y se sientan en los asientos posteriores.
Mientras conduces empiezan entre ellas a hacer juegos lésbicos. Cuando
llegas a la estación una de ellas, haciéndose la agradecida, se
sube en el asiento anterior y te hace una mamada brutal,
mientras la otra sin darte cuenta te roba la bolsa del pan y los yogures.
Con este ingenioso sistema me han robado la compra el martes, el
miércoles, dos veces el jueves y otra vez el sábado y probablemente, si
tengo tiempo, también mañana por la tarde.
Tened mucho cuidado!!!!!
Un Saludo.
angeles- The turkishsweetwife
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
Bueno, pues Obama ya es el 44 presidente de los EEUU, ¿ a ver que pasa ?, y si Jose tiene razón y es diplomacia lo que vende.
Imagino que mejor que Mc Cain, vaya nombrecito, tendrá que ser, aunque no deja de ser un pijo tipo WMCY...( pero los otros venden plomo sólido, liquido y gaseoso...)
En otro orden de cosas, la foto de Kubico y el Barbis, no esta tocada, ni había bache, es que Kubica lleva el Kers puesto, y Heifeld todavía no.
Imagino que mejor que Mc Cain, vaya nombrecito, tendrá que ser, aunque no deja de ser un pijo tipo WMCY...( pero los otros venden plomo sólido, liquido y gaseoso...)
En otro orden de cosas, la foto de Kubico y el Barbis, no esta tocada, ni había bache, es que Kubica lleva el Kers puesto, y Heifeld todavía no.
Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
R, pues como Fernando no se ponga el Kers, casi no lo vamos a ver
Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
Bueno,
yo tengo esperanza de que la cosa cambie... me ha dado una buena impresión..
Como con el R 29, por cierto
Bienvenido R 74
yo tengo esperanza de que la cosa cambie... me ha dado una buena impresión..
Como con el R 29, por cierto
Bienvenido R 74
Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
La mala leche, de la 'A' a la 'Z'
R.P.. 20.01.2009 - 16:45h
La mala leche, de la 'A' a la 'Z'
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En 'El diccionario del diablo' es el demonio el que dicta los significados.
* Ambroise Bierce sorprendió en 1886 con un glosario ácido y satírico cuyas definiciones siguen hoy vigentes.
* Por su particular manera de ver el mundo, burlona y mordaz, pasaron los términos más comunes, adquiriendo nuevos significados.
Hacemos un resumen de El diccionario del diablo, de Ambroise Bierce. No confíe mucho en esta selección, porque Pluma (por periodista) es: «Herramienta de tortura producida por un ganso y blandida, habitualmente, por un asno».
Amor. Locura temporal que se cura con el matrimonio (...). Esta enfermedad, como la caries y muchos otros achaques, sólo se da entre las razas civilizadas (...)._A veces resulta fatal, pero sobre todo para el médico más que para el paciente.
Bruja. Vieja fea y repulsiva que mantiene una perversa relación con el diablo. 2. Joven bella y atractiva, cuya perversidad supera con creces la del diablo.
Cobarde. El que en una situación peligrosa piensa con las piernas.
Desprecio. Sentimiento de un hombre sensato hacia un enemigo demasiado poderoso para oponerse a él sin riesgo.
Entusiasmo. Cierto trastorno nervioso que padecen los jóvenes y las personas sin experiencia. Pasión que antecede a la renuncia.
Periodo de la vida humana comprendido entre la idiocia de los primeros meses de vida y la tontería de la juventud"
Futuro. Periodo de tiempo en el que nos van bien las cosas, nuestros amigos son sinceros y nuestra felicidad está asegurada.
Gramática. Sistema de obstáculos cuidadosamente dispuestos para los pies del autodidacta a lo largo del camino por el que avanza hacia la distinción.
Homicidio. Asesinato de un ser humano a manos de otro. Hay cuatro tipos de homicidio: criminal, perdonable, justificable y digno de elogio; aunque al muerto no le importa mucho si cayó víctima de uno u otro tipo: la clasificación es para ayudar a los abogados.
Infancia. Periodo de la vida humana comprendido entre la idiocia de los primeros meses de vida y la tontería de la juventud, a dos pasos del pecado de la madurez y a tres del remordimiento de la vejez.
Juego. Pasatiempo en el que el placer se debe en parte a la conciencia de lo que se ha ganado para uno mismo, pero sobre todo a la contemplación de las pérdidas ajenas.
Krishna. Forma en que se encarnó el supuesto dios Visnú. Ciertamente, una historia muy verosímil.
Loco. Que sufre un alto grado de independencia intelectual; que no se ajusta a los moldes de pensamiento, habla y acción que han definido los espíritus conformistas tras estudiarse a sí mismos (...). En dos palabras: poco común.
Médico. Persona en la que depositamos nuestras esperanzas cuando estamos enfermos y sobre la que nos gustaría depositar los colmillos de nuestros perros cuando estamos sanos.
Navidad. Día distinguido y consagrado a la glotonería, las borracheras, el sentimentalismo, la recepción de regalos, el aburrimiento público y la vida doméstica.
Ñoño. Que tiene la calidad de una revista poética.
Ostra. Molusco viscoso y deforme que el hombre civilizado tiene la audacia de comerse con tripas y todo. Los caparazones a veces se los dan a los pobres.
Político. Anguila que mora en el lodo sobre el que se erige la superestructura de la sociedad organizada. Cuando se remueve confunde la agitación de su cola con el temblor del edificio. Si se le compara con el gran estadista, tiene la desventaja de estar todavía vivo.
Quedarse. Tratar con la merecida indiferencia la notificación del casero de que ha alquilado la vivienda a otros dispuestos a pagarle.
Radicalismo. El conservadurismo del mañana inyectado en los asuntos del hoy.
Suplicar. Pedir algo con insistencia proporcional al convencimiento de que no se lo darán.
Tumba. Lugar en el que se coloca a los muertos para que esperen la llegada del estudiante de Medicina.
Urraca. Pájaro cuya propensión al robo hizo pensar a alguien que tal vez podría enseñársele a hablar.
Viejo. Que se encuentra en una etapa en que su utilidad no es compatible con la ineficacia general.
Wall Street. Símbolo del pecado que debe reprobar todo diablo. La creencia de que Wall Street es una guarida de ladrones sirve como consuelo a los ladrones fracasados, consuelo que utilizan para sustituir la esperanza de ir al Cielo.
X. En el alfabeto inglés es una letra innecesaria, lo que le da invulnerabilidad a los ataques de los reformadores del idioma.
Yanqui. En Europa, un norteamericano. En los estados norteños de la Unión, nativo de Nueva Inglaterra.
Zigzaguear. Desplazarse hacia delante con vacilaciones, de un lado a otro, como el que lleva a hombros la carga del hombre blanco.
Ambroise Bierce, mordaz y vividor
Sereno, camarero, albañil, algodonero y periodista, la vida de Ambroise Bierce, autor de El diccionario del diablo, está marcada por la pulsión viajera y el gusto por reírse de casi todo. Nació en Ohio (EE UU) en 1842, y con 15 años dejó a su familia y se marchó a Indiana.
La crítica mordaz y la sección satírica fueron sus especialidades como redactor y escritor. Si sus inicios fueron variopintos, no lo fue menos su final. Emprendió un viaje a los 71 años que le llevó a México. Desapareció sin dejar rastro.
R.P.. 20.01.2009 - 16:45h
La mala leche, de la 'A' a la 'Z'
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En 'El diccionario del diablo' es el demonio el que dicta los significados.
* Ambroise Bierce sorprendió en 1886 con un glosario ácido y satírico cuyas definiciones siguen hoy vigentes.
* Por su particular manera de ver el mundo, burlona y mordaz, pasaron los términos más comunes, adquiriendo nuevos significados.
Hacemos un resumen de El diccionario del diablo, de Ambroise Bierce. No confíe mucho en esta selección, porque Pluma (por periodista) es: «Herramienta de tortura producida por un ganso y blandida, habitualmente, por un asno».
Amor. Locura temporal que se cura con el matrimonio (...). Esta enfermedad, como la caries y muchos otros achaques, sólo se da entre las razas civilizadas (...)._A veces resulta fatal, pero sobre todo para el médico más que para el paciente.
Bruja. Vieja fea y repulsiva que mantiene una perversa relación con el diablo. 2. Joven bella y atractiva, cuya perversidad supera con creces la del diablo.
Cobarde. El que en una situación peligrosa piensa con las piernas.
Desprecio. Sentimiento de un hombre sensato hacia un enemigo demasiado poderoso para oponerse a él sin riesgo.
Entusiasmo. Cierto trastorno nervioso que padecen los jóvenes y las personas sin experiencia. Pasión que antecede a la renuncia.
Periodo de la vida humana comprendido entre la idiocia de los primeros meses de vida y la tontería de la juventud"
Futuro. Periodo de tiempo en el que nos van bien las cosas, nuestros amigos son sinceros y nuestra felicidad está asegurada.
Gramática. Sistema de obstáculos cuidadosamente dispuestos para los pies del autodidacta a lo largo del camino por el que avanza hacia la distinción.
Homicidio. Asesinato de un ser humano a manos de otro. Hay cuatro tipos de homicidio: criminal, perdonable, justificable y digno de elogio; aunque al muerto no le importa mucho si cayó víctima de uno u otro tipo: la clasificación es para ayudar a los abogados.
Infancia. Periodo de la vida humana comprendido entre la idiocia de los primeros meses de vida y la tontería de la juventud, a dos pasos del pecado de la madurez y a tres del remordimiento de la vejez.
Juego. Pasatiempo en el que el placer se debe en parte a la conciencia de lo que se ha ganado para uno mismo, pero sobre todo a la contemplación de las pérdidas ajenas.
Krishna. Forma en que se encarnó el supuesto dios Visnú. Ciertamente, una historia muy verosímil.
Loco. Que sufre un alto grado de independencia intelectual; que no se ajusta a los moldes de pensamiento, habla y acción que han definido los espíritus conformistas tras estudiarse a sí mismos (...). En dos palabras: poco común.
Médico. Persona en la que depositamos nuestras esperanzas cuando estamos enfermos y sobre la que nos gustaría depositar los colmillos de nuestros perros cuando estamos sanos.
Navidad. Día distinguido y consagrado a la glotonería, las borracheras, el sentimentalismo, la recepción de regalos, el aburrimiento público y la vida doméstica.
Ñoño. Que tiene la calidad de una revista poética.
Ostra. Molusco viscoso y deforme que el hombre civilizado tiene la audacia de comerse con tripas y todo. Los caparazones a veces se los dan a los pobres.
Político. Anguila que mora en el lodo sobre el que se erige la superestructura de la sociedad organizada. Cuando se remueve confunde la agitación de su cola con el temblor del edificio. Si se le compara con el gran estadista, tiene la desventaja de estar todavía vivo.
Quedarse. Tratar con la merecida indiferencia la notificación del casero de que ha alquilado la vivienda a otros dispuestos a pagarle.
Radicalismo. El conservadurismo del mañana inyectado en los asuntos del hoy.
Suplicar. Pedir algo con insistencia proporcional al convencimiento de que no se lo darán.
Tumba. Lugar en el que se coloca a los muertos para que esperen la llegada del estudiante de Medicina.
Urraca. Pájaro cuya propensión al robo hizo pensar a alguien que tal vez podría enseñársele a hablar.
Viejo. Que se encuentra en una etapa en que su utilidad no es compatible con la ineficacia general.
Wall Street. Símbolo del pecado que debe reprobar todo diablo. La creencia de que Wall Street es una guarida de ladrones sirve como consuelo a los ladrones fracasados, consuelo que utilizan para sustituir la esperanza de ir al Cielo.
X. En el alfabeto inglés es una letra innecesaria, lo que le da invulnerabilidad a los ataques de los reformadores del idioma.
Yanqui. En Europa, un norteamericano. En los estados norteños de la Unión, nativo de Nueva Inglaterra.
Zigzaguear. Desplazarse hacia delante con vacilaciones, de un lado a otro, como el que lleva a hombros la carga del hombre blanco.
Ambroise Bierce, mordaz y vividor
Sereno, camarero, albañil, algodonero y periodista, la vida de Ambroise Bierce, autor de El diccionario del diablo, está marcada por la pulsión viajera y el gusto por reírse de casi todo. Nació en Ohio (EE UU) en 1842, y con 15 años dejó a su familia y se marchó a Indiana.
La crítica mordaz y la sección satírica fueron sus especialidades como redactor y escritor. Si sus inicios fueron variopintos, no lo fue menos su final. Emprendió un viaje a los 71 años que le llevó a México. Desapareció sin dejar rastro.
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
Despues de la mala leche del pollo aquel de T5, con la F1 estas chicas son como de Epi y Blas, les voy a pedir colaboración...
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
Noooo,me suena raro lo de R74,ya dije lo que no queria :10:
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
bueno...pues es verdad....un R74.
Bienvenido, no te hacemos mucha parafernalia, que tenemos al bienvendor oficial descatalogao...y a menos que nos lo reediten....pues esta es tu casa, procura recoger la taberna si te quedas el ultimo. Salud
Bienvenido, no te hacemos mucha parafernalia, que tenemos al bienvendor oficial descatalogao...y a menos que nos lo reediten....pues esta es tu casa, procura recoger la taberna si te quedas el ultimo. Salud
Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
R, yo de ti, me tomaria ese antidoto, o me ponia unos pantalones. Se te va a quedar la titola más arrugá que un garbanzo
Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
Pero es que el antidoto yo no tengo, como no me lo hagas, y el piculin si se le arruga mas al pobre, va parecer una peca.
Ico
Ico
Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
No he podido entrar en toda la mañana, por culpa del ratón que chascó.
Hasta ahora no me han traido uno nuevo; que rabia me ha dado. Os he leido a todos; Alonsita
yo no sé que le dás a este piloto " nuestro" pero le tienes escuchimizaito, pero sigue estando muy,muy guapetón .
Deberías hacer caso a Tocho y de vez en cuando alimentarle bien; fabada no te esfuerces por que no le mola.
Ya me choca a mí, que a un asturiano no le guste la fabada.
Pero bueno lo que hace falta es que sea felíz y cuando salga a los circuitos, salga a darlo todo( pensando en tí)
Petonets
Hasta ahora no me han traido uno nuevo; que rabia me ha dado. Os he leido a todos; Alonsita
yo no sé que le dás a este piloto " nuestro" pero le tienes escuchimizaito, pero sigue estando muy,muy guapetón .
Deberías hacer caso a Tocho y de vez en cuando alimentarle bien; fabada no te esfuerces por que no le mola.
Ya me choca a mí, que a un asturiano no le guste la fabada.
Pero bueno lo que hace falta es que sea felíz y cuando salga a los circuitos, salga a darlo todo( pensando en tí)
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Ratika- TheTurkishGrandMother.
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Humor : Muy bueno y risueño. Me pueden hacer llorar con mucha facilidad.
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Re: PORTIMAO, MOJAO???, Y EL R-29.
buenasssssss un dia atroz de trabajo!
SorCitroen- TurkishAmbassador
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Localización : Los Madriles... Gata y chula que es una
Empleo /Ocio : Cine/eso quisiera yo.. estar ociosa
Humor : amarillo.. que el negro ha pasado de moda
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