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Leyendas de la Formula 1: Michael Schumacher, der Kaiser

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Mensaje  Jesus 90 Dom Ago 02, 2009 8:15 pm

Alemania no fue una gran potencia de la Formula 1 hasta mediados de los 90, hasta que un tal Michael Schumacher gano su primer mundial en 1994. Entre 1994 y 2006, Alemania barrio al resto de países ganando un total de siete mundiales, pasando de la nada a ser el tercer país en número de títulos. En ese periodo Reino Unido solo logro un mundial, Canadá otro, Finlandia dos y España otros dos

Michael Schumacher es, con permiso de Ayrton Senna y Juan Manuel Fangio, el más grande piloto que ha pisado una pista de carreras. Poseedor de casi todos los records habidos y por haber (los que no tiene se pueden contar con los dedos de una mano), decir Michael Schumacher es decir indudablemente Formula 1.

Su debut fue, cuanto menos poco convencional. Debuto con un Jordan en el Gran Premio de Bélgica de 1991, sustituyendo a Bertrand Gachot, que en esos momentos, estaba en chirona. Tras una gran clasificación, y a pesar de que no completara una vuelta por un problema en el embrague, Flavio Briatore se fijo en él y a la siguiente carrera, ya corría en el equipo Benetton. Un año después, también en Bélgica, Michael lograba su primera victoria. En los siguientes 14 años cayeron otras 90. En aquel año, 1992, consiguió, además de esa victoria, tres segundos puestos y cuatro terceros puestos, acabando en tercera posición en la clasificación general

En 1993 fue un habitual del podio, puesto que todas las carreras que acabo en esa temporada las acabo ahí, con una victoria, cinco segundos y tres terceros puestos, para acabar en cuarta posición. En la temporada 1994, marcada, como ya sabemos, por las muertes de Roland Ratzenberger y Ayrton Senna, Michael tuvo un inicio de temporada demoledor, obteniendo 46 puntos de 50 en las primeras cinco carreras (66 de 80 si se miran los resultados de la primera mitad del campeonato) pero su discreta segunda mitad de campeonato (dos banderas negras, un abandono y dos carreras de suspensión) en la que solo consiguió 26 puntos, hizo que Damon Hill le recortara ni más ni menos que 26 puntos, llegando a la última carrera separados por un punto. En la carrera, Damon le recorto mucha distancia, y tras tocarse con el muro, Michael, al ver al británico en los retrovisores, decidió acabar su carrera y la de Hill en la curva siguiente. Y cuando Hill se disponía a tomar la curva por el interior, Schumacher le cerró la puerta. El alemán acababa la carrera en el muro mientras que el británico intentaba llevar a boxes un coche seriamente tocado. Los daños en la suspensión delantera eran demasiado graves como para seguir. “Misión cumplida”, debió pensar Michael, puesto que con esa maniobra tan poco ortodoxa, Michael ganaba su primer título con ocho victorias y dos segundos puestos. Briatore lo hizo, cogió a un alemán desconocido y en tres temporadas lo hizo campeón del mundo. Una década después, repitió el proceso: En 2003 subió a un joven desconocido: Fernando Alonso, tras un año de cesión en Minardi (la gran cantera de la Formula 1 hasta 2005 cuando tomo su lugar Toro Rosso) y otro como probador, se convirtió en el líder del equipo y en tres temporadas llevo a Fernando a su primer mundial. Con dicho entorchado, España paso de la nada a ser una potencia de la Formula 1, al igual que paso con Alemania.

En 1995, Benetton cambio de motores. Dejaba a Ford para unirse a la todopoderosa Renault, que con Williams había ganado un total de cinco campeonatos (Dos de pilotos y tres de constructores) en tres años (y habrían sido seis si Senna no hubiese muerto) y gano su segundo título fácilmente, dejando al segundo, Damon Hill otra vez, a 33 puntos, con nueve victorias, un segundo, un tercero y un quinto. En 1996, el reto será muchísimo más difícil: Coger a Ferrari, que llevaba desde 1979 sin ganar el mundial de pilotos y desde 1983 sin ganar el de constructores y hacer que la gloria volviera a la Scuderia. Schumacher era el elegido para llevar a cabo una empresa tan difícil.

En 1996, con un coche ciertamente discreto, acabo tercero en el mundial con tres victorias, tres segundos y dos terceros, resultados sorprendentes teniendo en cuenta que su coche no era precisamente de los mejores. En 1997, se repitió la misma situación que en 1994: Michael llegaba a la última carrera, el Gran Premio de Europa, con un solo punto de ventaja sobre el segundo, Jacques Villeneuve, piloto de Williams. Y a medida que pasaban las vueltas, el canadiense se le acercaba. Y en la vuelta 48, cuando Villeneuve se disponía a adelantarle, Michael decidió repetir la táctica que le dio el título tres años antes: Acabar su carrera y la de Jacques en la siguiente curva, así que en vez de abrirse para dejar pasar a un Villeneuve que le tenía la posición ganada, le cerró la puerta. Esta vez el tiro le salió por la culata, porque mientras que Villeneuve pudo seguir en la carrera, Schumacher se quedo en la grava. Villeneuve sufrió daños leves en la suspensión, lo cual no le impidió acabar tercero y llevarse el mundial. Y aunque la jugada le hubiera salido bien, habría perdido también el titulo, puesto que la maniobra no paso desapercibida para la FIA, que le mando a la última posición del mundial al quitarle todos los puntos, que no contaban para el mundial de pilotos, pero si para el de constructores. El alemán conservo la superlicencia de milagro

En 1998, llego líder a la última carrera con esperanzas de ganar su tercer título, pero un pinchazo tiro por tierra esas opciones y brindando el titulo a Mika Hakkinen. McPiratas ganaba su primer mundial desde 1991. El alemán lograba seis victorias, dos segundos y tres terceros.
En 1999 logro dos victorias, un segundo y un tercero antes de romperse la pierna en el Gran Premio de Gran Bretaña. Dicho accidente le tuvo seis carreras a la sombra. Volvió en el Gran Premio de Malasia, penúltima carrera del año, para obtener dos segundos puestos. Acabo 5º en la clasificación, claramente lastrado por su periodo de convalecencia

Y en 2000, por fin lo logro. Tras una dura pugna con Mika Hakkinen, se alzo con su tercer título. 21 años después, Ferrari volvía a ganar el título de pilotos. Schumacher se convertía en el nuevo héroe de Maranello, con nueve victorias, dos segundos y un tercero

En 2001, domino con gran facilidad, dejando el mundial visto para sentencia cuando aún quedaban cuatro carreras por disputarse. Cerró el mundial con otras nueve victorias y cinco segundos. Pero si en 2001 fue fácil, en 2002 fue un verdadero paseo militar. Completo todas las carreras en el podio y sentencio el mundial cuando faltaban seis carreras por correrse. Los números hablan por sí mismos: Once victorias, cinco segundos y un tercero. Con ese paseo militar, Michael Schumacher igualaba al gran Juan Manuel Fangio con cinco títulos.

2003 fue otra historia. No gano hasta la cuarta carrera, y entonces encadeno tres seguidas. Pero combino grandes carreras con carreras discretas. Tras dos victorias consecutivas, le basto un octavo puesto en la última carrera para llevarse su sexto título, y así quedarse solo en el podio de los entorchados

2004 fue aun más fácil que 2002. Michael aplasto a la competencia sin mostrar ningún tipo de piedad. Gano las cinco primeras carreras y tras el paréntesis que supuso el abandono en Mónaco, gano otras siete carreras consecutivas. Tras acabar segundo en Bélgica, gano su séptimo y último mundial. A partir de ahí, incluso se permitió el lujo de bajar el ritmo, lo cual no le impidió lograr otra victoria en Suzuka. Cerró la temporada con trece victorias y dos segundos puestos. El séptimo mundial lo gano prácticamente sin salir del motorhome.

Pero en 2005, todo cambio. La normativa dejo a Ferrari fuera de combate y en las primeras cuatro carreras, lo más destacable que logro fue un segundo puesto en Imola, donde fue derrotado por Fernando Alonso tras un emocionante duelo de 12 vueltas. Su única victoria llego en el Gran Premio de Estados Unidos, donde solo corrieron seis coches. Tras un lustro de dominio incontestable, sucedió lo que tarde o temprano acabaría pasando: El 25 de septiembre de 2005, Michael Schumacher cedía su cetro y su corona a Fernando Alonso. Michael cerraba el año con una victoria, tres segundos y un tercero, numeros muy discretos si se tiene en cuenta las cinco temporadas anteriores

En 2006, el Ferrari mejor con respecto a 2005, pero no fue suficiente para lograr el octavo título en el año de su retirada. A pesar de que hizo todo lo posible por lograrlo, nada pudo hacer ante Fernando Alonso, que otra vez se cruzo en su camino. Concluyo su larga carrera con siete victorias, cuatro segundos y un tercero.

Al menos, eso se creía, puesto que ante la convalecencia de Felipe Massa, Schumacher volverá a ponerse al volante de un coche del cavallino rampante.

Palmares

- 250 carreras disputadas
- 7 Campeonatos del Mundo
- 91 victorias
- 68 pole positions
- 154 podios
- 76 vueltas rápidas
- 1.369 puntos

He dicho

On the victory and far away
Jesus 90
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